SEXO Y SALUD:
A lo largo de la historia, las relaciones sexuales han sido una parte intrínseca de la experiencia humana, pero también han estado cargadas de riesgos, especialmente en términos de salud. Desde tiempos antiguos, se documentaron casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS), como la sífilis y la gonorrea, que devastaron poblaciones antes de que se comprendieran sus causas y modos de transmisión. Con el avance de la medicina, estas enfermedades comenzaron a ser identificadas y tratados con mayor eficacia, ofreciendo esperanza a quienes sufrían sus efectos. Sin embargo, el surgimiento del VIH/SIDA en la década de 1980 marcó un punto de inflexión significativo en la conciencia pública sobre la salud sexual, instaurando un miedo colectivo que obligó a un cambio radical en la educación y prevención de ETS.
En la actualidad, el panorama de las enfermedades de transmisión sexual es aún más complejo, ya que se han identificado nuevas infecciones como el virus del papiloma humano (VPH) y las hepatitis virales, junto a los rebrotes de enfermedades clásicas. La combinación de factores como la globalización, el aumento de parejas sexuales, la falta de educación adecuada y el estigma asociado a la salud sexual ha propiciado un alarmante incremento en la incidencia de ETS en los últimos años. Según la Organización Mundial de la Salud, más de un millón de infecciones de transmisión sexual son adquiridas diariamente en todo el mundo, evidenciando así la necesidad urgente de promover prácticas sexuales seguras y una mejor atención médica.





